Este 18 y 19 de abril, Lima se transformó nuevamente en la capital del beat con ULTRA Perú 2025, una edición que apostó por el cambio y terminó sorprendiendo. El lugar elegido fue Costa 21, un venue con vista al mar que, pese a ser más compacto que el Estadio San Marcos, donde se realizó el año pasado, logró adaptarse con inteligencia y buen gusto. La razón del cambio fue clara: un supuesto incumplimiento de superación de sonido en las pruebas correspondientes dentro del recinto y las constantes quejas vecinales por el ruido en San Marcos forzaron una reubicación, y Vastion Group, la productora detrás del evento, supo responder.
Pese a los desafíos logísticos, la edición 2025 brilló por su organización impecable: stands de comida bien distribuidos, baños funcionales, zonas de descanso accesibles y un sistema cashless fluido que evitó colas interminables. A nivel de sonido, el balance fue excelente. Nada saturado, sin cruces entre escenarios: solo música limpia y potente que te atravesaba el cuerpo.
Resistance Stage: Techno cerrado, vibras abiertas
El Resistance vino con mejoras notorias: esta vez techado, tal como pedía el público. El resultado fue una experiencia más envolvente, más íntima, más techno. El día 1 arrancó fuerte con Zpectrum, quien además tuvo el gesto increíble de tocar mi track EMO145 —un momento personal que jamás olvidaré. Le siguió Anhedonia, llenando el stage desde temprano, prueba del cariño local por su proyecto. Luego, la rumana Nusha encendió todo con su brutal set de hard techno, dejando a muchos con la mandíbula en el piso.
HI-LO, el alias más underground de Oliver Heldens, se presentó también en Resistance. Su conexión con Perú es real: la gente coreaba, bailaba, seguía cada drop como si ya lo conocieran de antes. Artistas como ARTBAT y Adam Beyer también pasaron por ahí ese día, y aunque no los vi en persona, los videos hablaban por sí solos.
El día 2 me regaló uno de los mejores momentos del fin de semana: el live set de Moritz Hofbauer. Minimal techno fino, elegante y distinto. Se notaba su influencia de Boris Brejcha, pero con un sello muy propio. Otros actos que hicieron vibrar el escenario fueron Malóne, Colyn, Innellea y Miss Monique, quienes convirtieron la pista en un templo del melodic techno. Las luces, pantallas y visuales de noche elevaron todo a otro nivel.


UMF Radio Stage: Talento local, sonido global
Este escenario se convirtió en el alma house/tech house del festival. Ubicado cerca de zonas de descanso, el UMF Radio Stage fue un espacio ideal para descubrir el futuro de la electrónica peruana. Me di varias vueltas por ahí y siempre había gente bailando con todo. Vi sets brutales de artistas como Arzenic, Ammo Avenue, Teba y Jeaneiffel, todos dejando claro que Perú tiene talento de sobra. El diseño del stage también fue un acierto: visualmente distinto, con un sonido impecable para su tamaño.

ULTRA Mainstage: Pogos, bass y una cruz
Y claro, el Mainstage fue el corazón palpitante del Ultra. A pesar del espacio más limitado, el diseño fue espectacular y gigante como siempre. El día 1 arrancó con un highlight inesperado: ISOXO, quien no era muy conocido por aquí, se ganó al público con un set brutal de trap y bass house lleno de pogos, headbanging y energía. Trajo filmmaker, grabó su performance, se metió entre la gente… parecía un show internacional. Fue simplemente épico.
Luego llegó Oliver Heldens, pero debo decir que lo sentí más HI-LO que Oliver. Tocó una versión distinta de “Gecko” y mucho techno, lo cual me desconcertó un poco. A veces parece que Oliver ha perdido su rumbo como tal, pero como HI-LO se mantiene fuerte. Aun así, el público respondió con energía.
El cierre estuvo a cargo de una leyenda: Axwell. Lo había visto en 2018 y honestamente, aquel set me marcó más. Esta vez fue bueno, con clásicos como Barricade, Reload y Greyhound, pero no superó el recuerdo de aquel Road to Ultra. Igual, es Axwell. Lo disfruté como fan y la gente estaba a mil.


Día 2: Explosión bass y un cierre perfecto con Martin Garrix
Tenía muchas ganas de ver a NGHTMRE, y no decepcionó. Un set violento de trap, bass y dubstep con pogos y headbanging desde temprano. Lo siguió Black Tiger Sex Machine, a quienes no conocía, pero su set fue tan agresivo que terminé con el cuello molido.
Afrojack trajo la fiesta con su mezcla explosiva de estilos. El set fue recortado un poco, al parecer por la preparación de Garrix, pero aún así se sintió profesional y eufórico.
Y entonces… llegó Martin Garrix. El más esperado. El ambiente se puso tan denso que no podías ni moverte. Trajeron su icónica cruz y todo estaba milimétricamente preparado. Tocó clásicos como Animals, Virus, Gold Skies, pero también nuevos tracks que el público coreó como si fueran himnos. Esta fue la tercera vez que lo veía, y definitivamente la mejor. El nivel de producción, la conexión con el público, la nostalgia, los visuales… todo fue mágico. Salté, canté, me entregué por completo.


Reflexión final: más apoyo, menos quejas
Ultra Perú 2025 fue una experiencia completa: bien organizada, cargada de talento, emociones, y sobre todo, comunidad. Pese a los retos, Vastion Group logró levantar un festival de primer nivel en una nueva locación. Ojalá se siga apostando por este tipo de eventos y que como público aprendamos a valorar más que criticar. Porque sí, Lima puede ser rave capital si nos lo proponemos.
Nos vemos en la próxima edición.
Vamos Perú.

ULTRA Perú llego gracias a: Vastion Group